Obtener tu primera tarjeta de crédito es un gran paso para tu vida adulta financiera y que es indispensable para un futuro sano.
Es posible que ya tengas una idea de cómo funcionan las tarjetas de crédito y cómo manejar una tarjeta de crédito de manera responsable, pero las letras chiquitas están en los detalles.
Comprender esos entresijos antes de sumergirte te ahorrará dinero y te ayudará a construir un buen crédito más rápidamente.
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La guía para tu primera tarjeta de crédito
1. Las mejores tarjetas de crédito no son para principiantes
Como recién llegado al crédito, probablemente no podrás calificar para las mejores tarjetas de crédito absolutas, las que tienen grandes recompensas y beneficios, grandes bonos de registro o largos períodos de interés del 0%.
Esos productos de primera calidad están disponibles solo para solicitantes con un crédito bueno o excelente (puntajes de 690) e historiales crediticios más largos que cumplan con ciertos requisitos de ingresos.
Es probable que tengas que comenzar de a poco con tu primera tarjeta de crédito, con un producto dirigido a personas con historial crediticio limitado o sin historial crediticio.
Sin embargo, no todo son malas noticias: muchas de estas tarjetas ofrecen recompensas decentes y no cobran tarifas anuales.
- Una cuenta de crédito para estudiantes o una tarjeta de crédito diseñada para estudiantes universitarios.
- Una cuenta de crédito garantizada o una tarjeta que requiera un depósito en efectivo.
- Una cuenta de crédito comercializada para personas con buen crédito, generalmente definida como un puntaje de crédito de 630 a 690.
2. Un depósito de seguridad hace que sea más fácil obtener una tarjeta de crédito
Si tienes problemas para obtener la aprobación de tu primera tarjeta de crédito, por ejemplo, porque estás comenzando sin ningún crédito, prueba con una cuenta de crédito asegurada.
Las tarjetas de crédito aseguradas están diseñadas para personas con crédito dañado o sin crédito.
Para abrir tu cuenta, primero deberás realizar un depósito en efectivo.
La mayoría de las tarjetas aseguradas te permiten depositar más para obtener una línea de crédito más alta.
Atrasarse en los pagos podría significar perder este depósito.
Sin embargo, si siempre realizas pagos a tiempo y gastas muy por debajo del límite de la cuenta, podrías establecer un buen crédito en cuestión de meses.
En ese momento, tu emisor podría actualizar la cuenta a una tarjeta regular no asegurada, o podrías solicitar una cuenta no asegurada y cerrar la cuenta asegurada en regla.
En cualquier caso, tu depósito sería reembolsado.
Con las tarjetas de crédito aseguradas, deberá realizar pagos mensuales con tarjeta de crédito, es decir, los cargos no se deducen de su depósito de seguridad, y la actividad de la tarjeta sí afecta tu crédito.
